Historias fantásticas sobre el escorial

Historias fantásticas sobre el escorial

Indudablemente esta gran obra podría considerarse la octava maravilla del mundo y por eso existen historias fantásticas sobre el Escorial, ya que los cuentos y anécdotas llenan de satisfacción a los millares de personas que acuden a conocer este magnífico monasterio que está enclavado en la Sierra de Guadarrama.

Corría el año 1563 cuando al Rey Felipe II se le ocurrió mandar a levantar una edificación que sirviera de Residencia Real, como Monasterio, también como Iglesia y como Palacio de Gobierno; por lo que no dudó en llamar a los más conspicuos colaboradores para que escogieran los mejores arquitectos y constructores.

El Escorial se terminó de construir en el año de 1585 luego de 23 años de arduos y delicados trabajos; en todos ellos se observa la dedicación que pusieron todos los que laboraron en esa imponente obra, se notan los frescos en las diferentes salas y se observa como el arte jónico y el egipcio adornan bien las columnas del Palacio Real.

A las 5 de la mañana del día 13 de Septiembre del año 1598 se recibe la infausta noticia de que el Rey Felipe II había muerto en el Escorial encontrándose solo en sus habitaciones y tuvo la desgracia de presenciar como fallecieron sus 4 esposas, también presenció la muerte de 6 de sus 8 hijos, al igual que de hermanas y nietos.

Lo que cuentan algunas leyendas sobre el Escorial

Relatan los investigadores que una de las intuiciones del Rey Felipe II que se esforzó en ordenar el levantamiento de esta bella edificación es que en el centro de esas montañas existían unas puertas que daban al infierno al igual que unas grandes minas de oro, lo que resultó ser una fábula pues nunca consiguieron nada.

Indefectiblemente las creencias de la época sumían a todo un pueblo a creer historias inexplicables, porque el solo hecho de pretender encontrar una mina de proporciones extraordinarias hubieran significado demoler tan suntuosa construcción la cual se supone es patrimonio histórico de la humanidad.

 

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